Mínimo y falso incremento salarial confirma el acuerdo gobierno-empresarios
- Nelson Erazo
- 6 ene 2016
- 3 Min. de lectura
La fijación del Salario Básico Unificado (SBU) en 366 dólares es consecuencia de los acuerdos, que se profundizan cada vez más, entre la burguesía y el gobierno de Rafael Correa Delgado. Esta acción es parte de los compromisos a los que éste llegó con la Ley de Alianza Público Privada.
El gobierno pasa a la historia como enemigo de los trabajadores, un gobierno anti obrero y pro patronal. Ha golpeado a la clase obrera mediante Decretos Ejecutivos como el 1701, el 225, el 813; con la revisión unilateral de los contratos colectivos; el Código de la Producción, con el cual se estableció el “salario digno”; la mal llamada Ley de Justicia Laboral, que eliminó la obligatoriedad del pago del 40% por parte del Estado al IESS para las pensiones jubilares, que eliminó el contrato a plazo fijo, sin establecer la obligatoriedad de que los obreros que laboraban bajo esa modalidad sean contratados de manera indefinida por las empresas, provocando en la actualidad nuevos despidos al no garantizar la estabilidad laboral de los trabajadores.

Hoy, una vez más, el egonomista Correa, por medio de su ministro Leonardo Berrezueta, al estilo de los gobiernos del pasado, vuelve a congelar los salarios de la mayoría de trabajadores del sector privado, utiliza la misma política salarial del CONADES, al haber fijado el irrisorio incremento de 12 dólares al SBU, es decir 40 centavos diarios, o lo que es lo mismo: 0.05 centavos a la hora de trabajo.
Esta medida beneficia sin duda a los grandes empresarios, banqueros e industriales, pues éstos no pagarán dicho aumento, ya que no es incremento general de sueldos y salarios, por lo tanto el incremento solo llegará a un porcentaje pequeño de trabajadores. Pongamos algunos ejemplos: un obrero que trabaja cinco años estaría con un salario de 365 dólares, razón por la cual su incremento sería tan solo de un dólar; pero si otro obrero gana 367 dólares ya no tiene incremento salarial, y peor aún si tomamos en cuenta que los obreros que laboran durante 15 o 20 años son mano de obra calificada, ellos estarían ganando un salario de cerca de 450 dólares; es decir, ya no tienen acceso al incremento establecido por el gobierno nacional, y lo que es peor, estarían condenados a permanecer de esta forma durante muchos años.
Ahora, si bien es cierto que esta política salarial atenta contra los derechos de los trabajadores, quienes terminarán pagando este incremento del nuevo salario básico unificado será otro sector que ha sido maltratado por el correísmo: los pequeños y medianos empresarios, el dueño de la tienda o los dueños de los pequeños almacenes, que cuentan con uno o dos trabajadores, o lo que el gobierno ha denominado como los emprendedores.
No cabe duda de que el presidente Correa prepara su retirada, sabe que ha sido incapaz de resolver los problemas más latentes de los ecuatorianos, pues su gobierno en la actualidad y desde hace años está al servicio de los empresarios, de la banca e industria; es decir, de los dueños de los medios de producción y del capital, a quienes ha garantizado sus jugosas ganancias. Para muestra un botón: los diez principales bancos del país han ganado sólo en este año 249,96 millones de dólares de utilidades, debe ser que por eso le caen bien al presidente Correa, mientras a los trabajadores los humilla y elimina sus derechos.
Es clarísimo, entonces, que para Correa resolver la crisis con iniciativa es establecer salarios de miseria, como el actual de 366 dólares, mientras la canasta familiar supera los 690, es decir que los trabajadores y sus familias con este salario no alcanzan a cubrir ni el 53% del costo de la canasta familiar.
Por lo tanto, es indudable que el año 2016 será un año de lucha de los trabajadores y los pueblos, quienes en las calles, con la movilización, deben derrotar a Correa y sus lacayos, que se encuentran en la derecha del gobierno y fuera de él. La alternativa que tenemos los trabajadores es garantizar el fortalecimiento y crecimiento de la Unidad Popular, así como el proyecto de cambio de los trabajadores y los pueblos, quienes, junto a las organizaciones y partidos de izquierda, se convertirán en la única alternativa popular.
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