Cristina Alarcón: Nos quisieron callar mediante la cárcel, pero no han podido
- Unidad Popular Ecuador
- 22 dic 2015
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Cristina Alarcón, de 18 años, es la única mujer del grupo de 21 detenidos en las protestas del 3 de diciembre pasado, en el parque El Arbolito. Ella fue la última en ser liberada, el viernes de la semana pasada. Como sus compañeros, fue acusada de cometer una contravención al proferir “expresiones en descrédito o deshonra en contra de otra”.
Ella es simpatizante de la Federación de Estudiantes Secundarios (FESE) y acabó sus estudios este año. No sabe si estudiar periodismo o jurisprudencia. En lo inmediato, tiene una certeza: seguirá protestando contra el Gobierno.

¿Cómo fue la detención?
A una persona le cogieron ilegalmente y yo intervine hasta que un policía se vino en contra de mí. Me empezó a insultar y dio la orden de que me detuvieran. Todo fue ilegal... Por ejemplo, los policías que nos cogieron presos no fueron los mismos que hicieron el parte policial. El trato fue fatal.
¿Por qué fatal?
En la Unidad de Flagrancia nos pasaban la comida en una tarrina llena de arroz, con un pedazo de pollo y encima venía sopa y fideos; los asientos de fierro y cuando queríamos ir al baño los policías decían que no eran niñeras. Luego pasé a una casa de confianza (en Chillogallo, al sur de Quito).
Una casa de confianza es para mujeres con delitos menores
Es la cárcel de mujeres que tienen hijos y para contraventoras. Pero denuncio públicamente que la directora me sacó ilegalmente a las 08:00 (del viernes 18 de diciembre). Apresuró el proceso, me hizo firmar los papeles para salir. Ni siquiera estaban mis familiares ni abogados. En mi presencia llamó al Ministerio de Justicia a decir que ya me estaban despachando. Tan déspota que me dio tres dólares para que coja un taxi y me vaya a mi casa. Era para que la gente no vaya ni haga protestas.
¿Se vienen más protestas callejeras y más política?
Seguiré saliendo a las protestas hasta que este Gobierno cambie y nos escuche. Soy de la FESE y luchamos por un libre ingreso a la universidad. Aún seguimos en las calles.
¿Y si no escucha ni cambia?
Tendrán que escucharnos. Nos quisieron callar mediante la cárcel, pero no han podido.
¿No es mucho riesgo la posibilidad de volver a la cárcel?
Se supone que las protestas son un derecho, no un delito. El Gobierno saca en la sabatina un video en el que se enfoca a los agresores directos de los policías. Son infiltrados.
¿Ustedes han investigado?
¡Cómo vamos a investigarlo si estamos en la cárcel! En ese momento, de las protestas, no podemos reconocer si son infiltrados o no. Ahora me pregunto: ¿Por qué no les buscan a ellos?, ¿por qué nos siguen acusando a nosotros? Ahí se nota que hay infiltrados del Gobierno los que están pegando a los policías. (I)
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