Borrego no es terrorismo
- Silvia Buendia
- 7 dic 2015
- 2 Min. de lectura
Tomado de: Cartas al Director DIARIO EXTRA
Francisco Sampedro tiene 53 años, vive en el suburbio de Guayaquil, es chofer y se gana la vida haciendo fletes con su vehículo. El 26 de noviembre, Francisco fue contratado para que durante las protestas de ese día llevara por las calles de la ciudad un monigote en forma de borrego en su camión. Ni siquiera era un borrego grande, era más bien pequeño; y al final de la marcha, a eso de las seis de la tarde, fue quemado en medio de la calle. Como si fuera Año Nuevo.

Esa noche, un operativo policial ingresó a la casa de Francisco y lo tomó preso. Le dijeron que lo detenían por delito flagrante, pero no le indicaron cuál era ese delito. La policía presumía que dentro del camión de Francisco encontraría material explosivo. Pero solo hallaron cuatro palos de madera, un tubo plástico, cinco banderas de color rojo y un talonario de nota de venta a nombre del detenido. Así consta en el parte policial. Igual se llevaron al camión y a Francisco. En la audiencia, al día siguiente, Francisco fue acusado de ser autor del delito de tráfico ilícito de armas de fuego, armas químicas, nucleares o biológicas, según el artículo 362 del Código Orgánico Integral Penal. Casi un terrorista. El juez dio inicio a la instrucción fiscal y dictó prisión preventiva contra Francisco, que hoy cumple 12 días preso. Un muñeco de cartón y aserrín no es arma de fuego, ni arma química, biológica o nuclear. Transportar un monigote con forma de borrego no es delito, no es terrorismo. Lo único explosivo que tenía el borreguito era un cartel que decía: “Aprobando las enmierdas obtendré pasto para mi estómago”.
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