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El 30-s y el día que triunfe la democracia

  • Ricardo Naranjo
  • 1 oct 2015
  • 3 Min. de lectura

El día que triunfe la democracia nuestro país será soberano, no firmaremos tratados internacionales ni acuerdos comerciales que lesionen la soberanía nacional, los recursos naturales estarán en manos de los ecuatorianos, serán explotados de manera racional y los ingresos que generen servirán para el desarrollo del país. La tierra y el agua estarán en manos de quienes la trabajan y quienes la necesitan, no habrá privatizaciones en las áreas estratégicas.


Porque no es democracia la firma de acuerdos comerciales en condiciones abismalmente desfavorables ni con la Unión Europea ni con ninguna otra potencia, ni el endeudamiento externo agresivo con el imperialismo norteamericano y chino, ni depredar la naturaleza para extraer minerales que terminarán en las arcas de transnacionales, ni renegociar las migajas "excedentes" con las grandes petroleras.


Ni es democracia descuidar la agricultura, aumentar la brecha de infraestructura entre el campo y la ciudad, precarizar los insumos, permitir el ingreso de transgénicos y no impulsar la redistribución de la tierra. Democracia tampoco es crear leyes que privaticen o "concesionen" las fuentes de agua, que supriman las juntas de regantes, que afecten a la naturaleza.


El día que triunfe la democracia tendremos educación universal, científica y transformadora; salud integral y oportuna; seguridad social para todos; y, trabajo y pleno empleo, que dignifique y permita la realización espiritual y material de las personas.

Porque no es democracia elitizar la educación, cerrar escuelas, implementar medidas homogeneizantes que fracasaron en otros países, suprimir carreras universitarias, negar el ingreso a la universidad a más de 600 mil bachilleres, invertir más en proyectos "de élite" que en educación masiva para el pueblo.



Ni tampoco es democracia limitar la cobertura en salud, tener que sacar turnos que demoran más de lo necesario por vía telefónica, ni la falta de medicinas en los hospitales, ni la falta de especialistas, ni que se criminalice la práctica de profesionales de la salud, ni la corrupción en la compra de ambulancias, implementos, medicinas, etc.


Democracia no es tener que maquillar las cifras para pretender ocultar el hecho de que el salario básico sigue muy por debajo de la canasta básica, que más del 50% de la PEA se mantiene en el subempleo, que la gran cantidad de desempleados son jóvenes. No es democracia cambiar tercerización por externalización; ni crear leyes que eliminen la libre sindicalización, el derecho a huelga, que se inventen figuras para mantener la precarización laboral.


El día que triunfe la democracia serán los trabajadores y el pueblo quienes gobiernen, quienes tomen las decisiones, su voluntad será la que mantenga, cree o modifique leyes, instituciones y políticas nacionales. La organización social será considerada pilar fundamental del desarrollo del país, las fuerzas armadas tendrán la función de defender las realizaciones de los pueblos, la soberanía frente al intervencionismo.


Porque no es democracia creerse el "mesías", hablar de "gobierno de todos" e impulsar reformas constitucionales en contra de la voluntad de las amplias mayorías. No es democracia estigmatizar, perseguir, encarcelar a centenares de dirigentes y luchadores sociales; ni calificar a la protesta social como sabotaje o terrorismo; ni considerar " un error" el reconocimiento del derecho a la resistencia. Ni mucho menos, es democracia utilizar a la policía y el ejército para agredir a quienes luchan por sus derechos para, luego, pretender manipular la opinión pública queriendo victimizar a quienes tienen las armas y representan el monopolio de la violencia del Estado.


La democracia es la expresión de la voluntad de las mayorías, su máxima expresión no deben ser las elecciones sino la planificación, participación de la economía y aprovechamiento equitativo de la riqueza que genera. Nunca hemos vivido ese estado de plena democracia y menos ahora que, a nombre de una supuesta izquierda "moderna" se busca modernizar el capitalismo y se favorece a banqueros y a los nuevos ricos.


El día que triunfe la democracia, será el día en el que los pueblos del Ecuador alcancen un gobierno popular que arranque el poder económico y político de los ricos y poderosos, como no lo ha hecho ni lo hará ni este ni ningún otro gobierno que no provenga de "los de abajo" y defiendan sus intereses. El 30-S no triunfó la democracia, se salvó Correa, su grupo y la clase a la que representa; en el pueblo, perdimos todos.



 
 
 

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