En la región costa se propone dar clases los sábados para enfrentar el fenómeno del niño
- Marcelo Rivera
- 29 sept 2015
- 3 Min. de lectura
Las previsiones sobre el impacto que tendrá el fenómeno del niño en la región costa, han obligado a los funcionarios del Ministerio de Educación a tomar varias medidas para superar este inconveniente, una de las propuestas “creativas” de las autoridades educativas es adelantar la culminación de clases a enero o diciembre y recibir clases los sábados.
Esto ha generado muchas reflexiones que exponemos a continuación:
Es cierto que la infraestructura educativa en la región costa no soportaría una fuerte inclemencia como consecuencia del fenómeno del niño, pero la pregunta es: ¿De quién es la responsabilidad de que las escuelas y colegios se encuentren en estas condiciones?; poco o nada han hecho para reparar las instalaciones de los planteles educativos, y menos esfuerzo para, por los menos, dotarles de buenos sistemas de alcantarillado pluvial. Cientos de instituciones se encuentran abandonadas, y el Ministerio de Educación lo sabe, ellos son conscientes de que su falta de atención a este aspecto, coloca en estado de vulnerabilidad al sistema educativo en la región costa frente a este fenómeno climático.
El gobierno invierte alrededor de 19 mil millones de dólares en el pago de cientos de asesores, en el caso del Ministerio de Educación, cuentan con técnicos educativos, pedagogos, magísteres y doctores, en fin, el régimen correísta presume de contar con funcionarios de mentes lúcidas, pero en este caso, a estos genios lo único que se les ocurre es tener clases los sábados.

Los maestros de vocación y amplia experiencia educativa saben que con una buena planificación, con metodologías pedagógicas adecuadas, refuerzos académicos, clases dirigidas, trabajos en grupo, módulos, entre otras técnicas, podríamos superar esta dificultad sin tener que afectar el derecho de la niñez y adolescencia al descanso. El Código de la Niñez es muy claro, en este aspecto, en el art. 48 de esta norma legal señala que: “Los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a la recreación, al descanso, al juego, al deporte y más actividades propias de su etapa evolutiva”, y en el caso de los maestros, además de la extenuante actividad diaria que realizan, ahora deben trabajar hasta los sábados.
Existen varias alternativas que en el ámbito académico y administrativo podrían aplicarse, una de ellas por ejemplo, es exigir que dejen de utilizar a los maestros y estudiantes como público cautivo para las ceremonias oficialistas; por todos es conocido que en cada inauguración, evento o acto que realizan las autoridades de los gobiernos seccionales afines al régimen y en las actividades de los distintos ministerios, obligan a los jóvenes a asistir para batir palmas ante el discurso de algún funcionario de la 35, si se suprime esta práctica, bien podríamos aprovechar aquellas horas para estudiar y adelantar horas de clase.
Dicen ser excelentes administradores de la cosa pública, tanto así, que fuera del Presidente Correa y sus Ministros, no hay nadie más inteligente, estudiado, y con elevada excelencia académica que los funcionarios del correísmo, tan preparados son que se les pasó por alto tomar medidas para la aplicación de los planes de contingencia.
Sin muchos títulos, pero con gran imaginación, una madre de familia sugirió en estos días revisar la carga horaria, de tal forma que se reduzcan, por ejemplo, las horas de educación física, artística, clubes, y otras asignaturas, para aprovechar esas horas en elementos importantes para la formación de los jóvenes; sin embargo, el problema no queda allí, con mucha seguridad los acuciosos personeros de las direcciones zonales y distritos educativos, van a presionar a que culminen con la mayor prontitud los contenidos académicos de cada asignatura, para cumplir los plazos, sin importar si el conocimiento esta siendo asimilado por los estudiantes; nuevamente la tan cacareada “calidad académica” va a quedar en segundo plano, todo para cumplir las órdenes impuestas por los “genios” de la revolución ciudadana.
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