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Anulan sentencia a Rosaura Bastidas

  • Foto del escritor: Unidad Popular Ecuador
    Unidad Popular Ecuador
  • 11 may 2015
  • 6 Min. de lectura

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Hoy 11 de mayo, a la 08H30, en la Corte Nacional de Justicia, se realizó la audiencia del recurso de casación presentado por los abogados de la profesora Rosaura Bastidas Valencia, en contra de la Corte Provincial del Esmeraldas, que desechó la pena de 3 años de reclusión establecida por el Tribunal Primero de lo Penal de Esmeraldas. El juicio en contra de la profesora fue entablado por el ex alcalde del cantón La Concordia, Walter Ocampo, de las filas de Alianza País, ya fallecido, y el fiscal Gorky Ortiz.

La maestra de primaria, dirigente de la UNE y ex concejala del cantón La Concordia por el MPD, fue sentenciada, en marzo del 2014, por el Tribunal Primero de Garantías Penales de Esmeraldas a 3 años de reclusión menor ordinaria, por el supuesto delito de agresión terrorista tipificado en el artículo 164, inciso primero, del Código Penal. Los demás implicados: el periodista Juan Alcívar Rivas, Carlos Alcívar Castañeda, Byron Rojas Zapater, Wilder Casanova Polanco, Luis Quinto Zambrano, Carlos Santana Pincay, fueron declarados inocentes.

Este es el último recurso legal que tiene en el país Bastidas; madre, hija y maestra, para demostrar su inocencia, en un proceso que lleva cerca de 5 años, desde que fue detenida en julio de 2010 por varios días y puesta en libertad por falta de testigos.


La audiencia de casación duró alrededor de dos horas y fue declarada reservada por los jueces. Mientras, en los exteriores de la Corte Nacional estuvieron dirigentes del ex MPD, amigos y familiares de la procesada con carteles para apoyarla.

“Hoy, la Justicia en algo se acordó de que existe. Con esta decisión de la Corte Nacional, se demuestra que la sentencia en mi contra tuvo motivaciones de carácter político. La Fiscalía nunca presentó ni presentará un solo indicio de que esta maestra sea terrorista”, afirmó Bastidas.



Los hechos

El 19 de julio de 2010, en el cantón La Concordia, se presentaron incidentes confusos, mientras el presidente Rafael Correa se aprestaba a iniciar un discurso en el que se iba a referir a asuntos relacionados con la vida de ese cantón, particularmente el anuncio de una consulta popular para definir a qué provincia querían pertenecer sus habitantes. El evento se desarrollaba en el coliseo Carlos Becdach, de esa localidad, al que fue invitada la población.


Sobre esos momentos, Rosaura Bastidas relata: “…Entré al Recinto Ferial de La Concordia, eran alrededor de las 06h30, presenté mis credenciales de concejala del cantón al jefe de policía, Juan Vaca Rendón. Me dijo que iba a consultar con la guardia presidencial, al cabo de unos minutos regresó y señaló: “lamentablemente su ingreso ha sido negado”. Volví a insistirle que yo era autoridad electa por el pueblo y que quería pasar donde estaba el resto de concejales, que era mi derecho y que no podía impedirme el paso. Estaba en medio de la guardia, forcejeamos y entonces el jefe policial grotescamente me dijo…”Entonces aquí te quedas, detenida por terrorista”. Me condujo a empujones al patrullero que estaba fuera del recinto y dentro del auto me abofeteó, me lanzó gas y me esposó. Ahí quedé detenida por varias horas…”


En las afueras del local un grupo de pobladores quería entrar. La policía reaccionó lanzando bombas, por lo que obligó a la gente a correr en distintas direcciones. Mientras esto sucedía, Rosaura permanecía esposada dentro del patrullero.


En esas circunstancias, el acto se suspendió, el presidente Correa salió del recinto ferial y fue conducido por su guardia de seguridad a dar declaraciones en la radio del hermano del alcalde de La Concordia, Walter Ocampo. Durante el trayecto, el Presidente fue escoltado por varios vehículos, entre ellos, el patrullero donde estaba esposada Rosaura Bastidas, que permaneció en el sitio hasta que el presidente Correa terminó su intervención en la radio y se marchó.

Minutos después, por la radio de la patrulla se escuchó: “lleven el encargo a Santo Domingo”. “Inmediatamente intuí que ese encargo era yo”, dice Rosaura. A la vez ordenaron llevar otro encargo desde la UPC de La Concordia, se trataba de un joven en estado etílico que había sido detenido por correr despavorido, huyendo de los gases.


Ambos fueron conducidos a Santo Domingo de los Tsáchilas. El oficial de turno que los recibe increpa a los policías diciéndoles que ¿por qué traen a la detenida a una jurisdicción donde la están alejando de sus jueces naturales? La respuesta fue “es un encargo”. Rosaura es conducida al Centro de Detención Provisional (CDP), ubicado en la ciudadela Santa Martha. Ahí pernoctó en compañía de dos detenidas más, la una por haber asaltado en el Shopping y otra por homicidio.

Al día siguiente, ante la ilegal detención, sus compañeros y abogados gestionaban el Habeas Corpus ante las autoridades judiciales, lo que provocó que la Policía la saque apresuradamente del CDP de Santo Domingo y sea trasladada a Quinindé, donde con la misma premura se instala la audiencia de formulación de cargos, en la que le acusa de “sabotaje y terrorismo”, pese a que el parte policial dice que es detenida por “escándalo en la vía pública”.


La audiencia de juicio se inició el 16 agosto, pero fue suspendida por falta de testigos y se reanudó el 27 del mismo mes. En la audiencia, Walter Ocampos, alcalde de La Concordia, acusador particular, presentó como testigos a varios empleados de esta entidad. Sin embargo, ninguno de ellos dijo haber visto a Rosaura Bastidas dentro ni fuera del recinto ferial. Es más, el mismo Fiscal, Gorky Ortiz, en su alegato final señaló por dos ocasiones: “que quede claro señores jueces, que nunca he dicho que la licenciada Rasura Bastidas lanzó la bomba, que quien lo hizo fue el señor Juan Alcívar… lo que sí quiero yo informales es que ella fue electa concejala del Movimiento Popular Democrático, un partido opuesto al gobierno de nuestro presidente Correa”, recuerda Rosaura.


La profesora Rosaura Bastidas es otra víctima de la persecución política a líderes sociales y políticos de izquierda, que no están de acuerdo con la política del régimen de Correa. Fue, como en otros casos, sometida a tratos degradantes e inhumanos, a la agresión física, a una detención ilegal y a un juicio basado en el obsesivo odio y discrimen del gobierno contra quien disiente, a quien tiene una posición diferente y la expresa, y sometida también a una justicia temerosa y sometida.

Es otra expresión de la incoherencia, del doble discurso, pues quiere proyectarse en el exterior una imagen de defensa de los derechos humanos y lo que sucede aquí, en nuestra patria, es que el poder se ensaña contra quienes no están de acuerdo con el discurso oficial. Las declaraciones de Fiscal no pueden ser más elocuentes.


En el juicio nunca pudieron probar nada sobre los hechos por los que fue sentenciada la profesora Rosaura Bastidas y, lo peor, es que no les interesaba probar nada, sino condenarla atropellando todo, sentenciándola como sea, buscando doblegar y someter a una mujer, a una madre y a una líder de una larga trayectoria en la lucha por los derechos a la educación, por una vida mejor para la juventud y su pueblo.


Sin embargo, ella, como otros líderes sociales y políticos, ha respondido con la dignidad y el coraje de una revolucionaria firme y convencida, con la certeza y la fuerza que tienen las mujeres del pueblo que luchan por la Patria Nueva y el Socialismo.“Lo que siento es la indignación de palpar de cerca cómo se administra justicia en nuestro país, donde hay jueces que se convierten en esbirros del presidente Correa, donde él dispone y direcciona para que aquellos que le hacen oposición sean encarcelados. Los dictadores y tiranos de todos los tiempos, siempre recurren a la calumnia, a la represión, al encarcelamiento de todos los ciudadanos que piensan diferente y que denuncian la corrupción. Pero, esto no me amilana, yo jamás podré presentarme a pedir perdón de algo que no hice, más bien me da fuerzas para seguir adelante y seguir dando muestras de valor y rebeldía a mis alumnos y la juventud de mi pueblo”, dice Rosaura.

Su caso ha conmocionado a un gran sector social, que siente cómo el odio, la estigmatización y la injusticia se ensañan contra los luchadores sociales y, especialmente, contra las mujeres que se atreven a enfrentar el poder.


Colectivo Social por la Defensa de los Derechos Humanos Ecuador

 
 
 

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